¿Sueñan los androides con coches autónomos?

Taxista robot en "Desafío total"
04
Nov
2015

El futuro ya está aquí: muchos fabricantes presumen ya de sus prototipos de coches que conducen por sí mismos. El impacto en la seguridad vial podría ser inmediato, dado que se asume que los coches autónomos, al disponer de múltiples sensores y ser capaces de monitorizar todo aquello que acontece durante la conducción, serán notablemente más precisos, no sufrirán despistes y, así, evitarán un gran número de accidentes.

Sin embargo, el futuro es un poco más complicado de lo que parece. Podrían darse situaciones, -por fortuna, muy poco frecuentes- en las que a un conductor le tocara decidir entre su vida y la de uno o varios peatones. Hoy, la decisión, mejor o peor, depende del conductor-ser-humano.

Pero, ¿y si el conductor es el coche autónomo? ¿Cómo podría programarse el vehículo para que adoptara la postura más razonable? ¿Cuál es esa postura? ¿Seríamos capaces de consensuarla?

Tal y como explicábamos ayer, Bosch ha optado por devolver el poder de decisión al conductor. El sistema que está diseñando para evitar atropellos sólo entra en acción si, en efecto, el conductor inicia las maniobras para no colisionar contra el peatón.

¿Cómo deberían actuar los fabricantes de coches autónomos?