Consejos para no perder los nervios al volante

14
Abr
2020

Cada día se pueden observar en la carretera conductas agresivas que ponen en riesgo la seguridad vial. Saber mantener la calma es una herramienta clave para no sufrir un accidente.

Adelantamientos bruscos, acoso al conductor de delante, ráfagas con las luces, toques de claxon, insultos, gestos con las manos… son muchos los comportamientos agresivos que se producen en la carretera y que ponen en riesgo la seguridad vial.

En España hay 2,6 millones de automovilistas que admiten que se han peleado con otro conductor o que podrían llegar a hacerlo por una disputa de tráfico, y alrededor de 3,2 millones reconocen haber retado a otro conductor a salir del coche para solventar sus diferencias. Son los datos del estudio ‘Influencia de la agresividad en los accidentes de tráfico’, de la Fundación Línea Directa con el Instituto Universitario de Investigación de Tránsito y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia.

Las prisas cuando vamos en coche y la falsa seguridad que proporciona el interior del coche genera que haya conductores que den rienda suelta a su agresividad en un momento tan delicado como el de la conducción.

Este estudio señala que 105.000 conductores son “violentos viales”: reconocen haber sido los culpables directos de accidentes de tráfico causados por su conducta altamente agresiva al volante, tales como adelantar para intimidar a otros conductores, circular en zigzag o acosar al coche de delante.

Este mismo estudio también recoge algunas recomendaciones para mantener la calma:

Antes de la conducción:

  • Prepare el viaje, previendo posibles atascos e incidencias.
  • Si no puede llegar a tiempo a una cita, llame y avise.
  • Si acaba de tener una discusión fuerte, evite coger el vehículo.

Durante la conducción:

  • La respiración es fundamental: si ve que se está irritando, respire profundamente varias veces.
  • Si la agresividad se debe a una discusión en el interior del vehículo, frene la disputa y aplácela. Si se debe a los niños, deténgase en un lugar seguro y trate de calmarlos.
  • Si se debe a un tercer conductor, ignórelo; piense que no hay mejor forma de hacer sentir “fuera de juego” a un agresivo que no hacerle caso.

Tras la conducción:

  • Evite los pensamientos negativos ya que aumenta la frustración.
  • Evite la agresión “en diferido”, no pague con otros una frustración anterior. Cuando vea que comienza a hacerlo, trate de reconducir su conducta.

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