Desde Taller XXI te ofrecemos algunos consejos para ayudarle a enfriar tu coche lo más rápido posible mientras consumes menos combustible.
Es verano y, como no puede ser de otra forma, hace calor, lo que significa que el sistema de aire acondicionado de tu coche está realizando horas extra. Pero ¿estás sacando el mayor partido de este elemento? Desde Taller XXI te ofrecemos algunos consejos prácticos para ayudarle a enfriar tu coche lo más rápido posible mientras consumes menos combustible.
1. No pre-enfriar
El aire acondicionado del coche funciona mucho mejor cuando el vehículo está en movimiento ya que, cuanto más rápido gira el motor, más rápido se comporta el compresor de A/C, lo que permite que el sistema se enfríe más eficazmente. No pierdas el tiempo y no malgastes carburante encendiendo el coche para conectar el aire acondicionado antes de ponerte en marcha.
Si el interior del coche parece una caldera, pon en marcha el ventilador cuando se inicia la conducción, y abre sólo las ventanillas traseras unos 10 ó 20 segundos. Esto permite que todo el aire caliente salga del interior. No abras las ventanillas delanteras, ya que esto hará que sólo se mueva hacia fuera el calor de la parte delantera del coche, mientras que dejará el aire en la parte trasera caliente y estancado.
2. Frío máximo durante poco tiempo
Bajar al máximo la temperatura durante los primeros momentos al iniciar la marcha puede ser una buena idea para alcanzar más rápido una buena temperatura en el interior del habitáculo. Sin embargo, ten en cuenta que ésta hará que consumas más combustible y que fuerces el trabajo del compresor.
Lo ideal es que el aire acondicionado funcione a una temperatura que oscile entre los 21 y los 23ºC. Una temperatura inferior durante un largo periodo de tiempo puede incrementar el consumo de combustible hasta un 20%.
3. La recirculación, sólo al principio
Si el coche ha estado expuesto al sol, es buena idea conectar la recirculación de aire en los primeros minutos de iniciar la marcha, pues ayudará a enfriar el interior más rápidamente. Sin embargo, debes desconectarlo enseguida. Este sistema toma el aire de la parte delantera de la cabina y lo lanza de nuevo a través del mismo, así que aunque la parte delantera se enfríe, el aire en la parte posterior puede volverse viciado y caliente, algo que notarán especialmente los ocupantes de las plazas traseras.
4. Enciéndelo también en invierno
El gas refrigerante que circula por nuestro vehículo lleva además aceite para lubricar piezas de vital importancia como el compresor (al igual que un motor). Además, este aceite tiene la función de lubricar el circuito y sus retenes. Ponerlo en invierno ayuda a mover este aceite por las tuberías y evita que los retenes se resequen por las altas temperaturas del motor. Por ello, es aconsejable poner el sistema en marcha cada dos o tres semanas, aunque solo sea unos minutos. Además, ten en cuenta que el aire acondicionado ayuda a desempañar los cristales en invierno. Otra excusa más para usarlo ‘fuera de temporada’.
5.- Realiza un buen mantenimiento
Uno de los elementos del sistema de refrigeración es el filtro de aire. Un filtro sucio impide un flujo de aire óptimo. Por eso, conviene sustituirlo aproximadamente cada 10.000-15.000 km., o incluso con menos kilometraje acumulado cuando se circula por zonas de mucho polvo.
Además, conviene revisar el sistema periódicamente y someterlo a un tratamiento antibacteriano. Cada 2-3 años es recomendable —cuando no necesario— realizar una recarga del gas refrigerante.
Si notamos que la temperatura interior no desciende rápidamente al conectarlo; o si al hacerlo éste desprende malos olores (por humedad, bacterias, polvo y hongos; o si produce vaho en los cristales porque no funciona bien (puede responder a una falta de gas en el circuito); o el caudal de aire es insuficiente, hay razones más que suficientes para pensar que algo falla en el sistema y conviene que lo revise un profesional cualificado.
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