¿Qué necesidades de mantenimiento tiene un coche eléctrico?

30
Ene
2017

No incorporan transmisión, embrague, silenciador o tubo de escape, pero no quiere decir que no tengas que prestar la debida atención a tu coche si te decides por comprar tu primer coche eléctrico. He aquí algunos de los puntos básicos de mantenimiento que debes tener en cuenta.

Poco a poco, y aunque su presencia no es comparable a la de los vehículos propulsados por motores tradicionales de combustión, los automóviles eléctricos se van haciendo un hueco en nuestras calles. Sobre todo a medida que las restricciones relacionadas con su autonomía disminuyen y mientras las medidas anticontaminación ponen cada vez más contra las cuerdas a los coches medioambientalmente menos eficientes.

En cualquier caso, al igual que ocurre con los vehículos tradicionales, los coches eléctricos precisan su correspondiente mantenimiento en el taller. Sus principales necesidades, como puedes imaginar, pasan por lo relacionado con la batería y su mantenimiento, pero no son las únicas. He aquí unos breves apuntes sobre las rutinas básicas de mantenimiento de los vehículos eléctricos.

Mantenimiento básico de un automóvil eléctrico

El principal foco de atención, como ya hemos comentado, estará en la batería, su punto crítico, aunque a medida que ha pasado el tiempo los fabricantes han ido incorporando a sus nuevos modelos unidades con más autonomía y un menor coste.

Hablando de la batería de los eléctricos, un punto rutinario en su mantenimiento pasa por prestar atención al líquido refrigerante de la misma. Dependiendo del modelo tendrás que sustituirlo al alcanzar un kilometraje u otro. Una cifra de referencia aproximada, los 170.000 km. A partir de ese momento los intervalos de cambio se reducirán en alrededor de 50.000 kilómetros.

Otro de los líquidos, el de frenos, también tendrá que recibir tu atención si conduces un eléctrico. El cambio deberá hacerse cada 50.000 kilómetros aproximadamente.

Algo que no cambia: el cambio del filtro de habitáculo. Deberás sustituirlo, dependiendo de las recomendaciones del fabricante, cada 12.000-15.000 kilómetros aproximadamente. La zona por la que conduzcas habitualmente influirá en su vida útil.

Del mismo modo, los neumáticos deberás de sustituirlos, y mantenerlos como si de un automóvil tradicional se tratase. Adecúa la presión según las recomendaciones del fabricante, comprueba su estado mensualmente y cambia los neumáticos si el dibujo de la banda de rodadura es inferior a 1,6 mm.

Aunque en principio el desgaste de otros componentes como las pastillas de freno será mucho menor -en buena parte debido a que el frenado suele hacerse invirtiendo el alternador para recargar las baterías internas del coche- será igualmente recomendable revisar periódicamente el coche para tener la certeza de que todos sus sistemas funcionan a la perfección.